Por qué Michael Schumacher no es el mejor piloto de la historia de F1 y Lewis Hamilton tampoco

Las estadísticas son importantes, pero no cuentan toda la historia, por eso, aunque el alemán Michael Schumacher y el inglés Lewis Hamilton tengan siete títulos ninguno de los dos es el mejor piloto de la historia en la Fórmula 1, ese privilegio es de otro.

Y nadie les niega la grandeza, el talento, la genialidad incluso. Son efectivamente parte de la élite más exclusiva de la F1, de los mejores de la historia, pero el membrete ese tiene dueño o dueños, a los que sacarles el título no va a ser tan fácil.

El olimpo de los volantes del Gran Circo, lo integran Juan Manuel Fangio y Ayrton Senna, en el orden que sea. En la siguiente línea, Schumacher y Hamilton pelean un espacio en esa grilla a los inmortales Jim Clark y Niki Lauda.

En la lista no se puede olvidar a Jackie Stewart, Alain Prost o incluso Fernando Alonso. Pero veamos argumentos, porque aseverar que 5 o 3 son más que 7 puede causar alergia a algunos puristas de los números.

El caso Schumacher

Los 91 triunfos, 68 pole positions, 155 podios, 77 vueltas rápidas en 308 Grandes Premios son los argumentos que esgrimirá la defensa de Michael Schumacher en su caso por el máximo sitio en la historia. Para algunos esto es suficiente, pero de todos estos guarismos, el único que se mantiene como récord en la F1 es el de vueltas rápidas. En su momento tuvo prácticamente todos los récords, pero hay que valorar cuándo y contra quién los hizo. Con qué herramientas y que tipo de autos manejó.

En la “Era de Schumacher” destacaron, en cuanto brillo deportivo fueron sus victorias en la parrilla donde estaban todavía Senna, Mansell y Prost, en 1992, 1993 y 1994. Esto porque después sus rivales dicen mucho del tipo de F1 que le tocó vivir: Damon Hill, Jacques Villeneuve, Mika Hakkinen, David Coulthard y Rubens Barrichello fueron los nombres que le ganaron o que dominó durante más de una década, campeones algunos, pero ningún fuera de serie, años en que las ayudas electrónicas para los pilotos como la suspensión activa y control de tracción asistían a los pilotos.

Schumacher era superior en manejo, pero también en forma física y preparación. Un piloto profesional, un hombre de Fórmula 1 de tiempo completo.

Con el Benetton sufrió para vencer a Hill y padeció con Villeneuve. Luego con Ferrari, antes de construir un auto invencible por cinco años, donde su dominio era un monólogo. No es culpa suya, pero lo que ganas cobra más valor cuando lo aderezas con el “a quién se lo ganaste”.

No se demerita su maestría al conducir, pero tendría que haber dominado aún más frente a esos sinodales de 1994-2004 que tenían menos jerarquía.

Fue hasta la llegada de Fernando Alonso y el repunte de Renault que el reino del gran ‘Schumi’ empezó a decaer. Su regreso, luego del retiro ya fue, francamente desilusionante.

¿Por qué Fangio es más grande?

Un dato que apantalla: El ‘Chueco’ de Balcarce fue cinco veces campeón del mundo con cuatro diferentes equipos (Mercedes Benz, Ferrari, Maserati y Alfa Romeo).

Otro, sólo 51 Grandes Premios arrancados, pero en ellos 24 victorias, 29 pole position, 48 primeras líneas y 46 años cuando ganó su último título en 1957.

Este caballero, que lo era dentro y fuera de la pista, corrió en los tiempos en que no había cinturones de seguridad, los autos eran bombas que estallaban en los choques, sin ropa que retardaba el fuego, con cascos que asemejaban ollas para cocinar. En un tiempo donde la mitad de los que compitieron dejaron la vida en la pista, lo cual no es cosa menor.

Más allá del grado de peligro y precariedad, la manos de Fangio sobresalieron en los tiempos de legendarios Alberto Ascari, Giussepe Farina, Luigi Faglioli, José Froylán González, Mike Hawthorn, Peter Collins, Piero Taruffi, Stirling Moss (el eterno subcampeón de talentos de excepción, que tuvo como pecado competir contra Juan Manuel), en máquinas que era un reto físico poder controlar y al mismo tiempo conseguir la fineza para ser rápido y osado, sin olvidar que una despiste por lo regular costaba la vida.

Su victoria en el Gran Premio de Nurburgring, el Infierno Verde, está catalogada como la más grande hazaña de la historia del automovilismo.

Ayrton Senna, el elegido

Ayrton Senna es el epítome del piloto de Fórmula, aquel que llevó la concentración, el estado mental, el acondicionamiento, físico a un grado casi místico.

Su capacidad para conducir un auto con palanca de velocidades y tres pedales hacía pensar a la gente que era un fenómeno de tres brazos y cuatro piernas. ¿Cómo es posible, sino, entrar a una curva, mover la palanca de velocidades, con el embrague sumido al tiempo del freno y revolucionando el motor para salir lo más rápido posible? Todo sin perder un cambio, sin titubeos.

Sus pasos por una recta eran comparados con sinfonías para 12 cilíndros en V menor. Una perfecta secuencia de aceleración, una zurcido invisible en el asfalto que ponía distancia, casi siempre de más de un segundo con su coequipero.

Hasta la fecha, la gente del automovilismo, los pilotos que no lo vieron correr no saben si existió o si es un ser mitológico.

Sus 161 Grandes Premios, 65 pole positions, 41 victorias, 80 podios son estadísticas veneradas al estilo de los 714 jonrones de Babe Ruth, ya no son marcas absolutas, pero quedaron marcadas como runas en el inconsciente colectivo de la F1 con el McLaren rojo y blanco como imagen perenne.

¿Habría ganado más de los tres campeonatos si hubiera salido ileso de aquella rotura de la barra de la dirección de su Williams en Imola? Seguramente, si tomamos en cuenta que Schumacher sufrió para vencer a Hill y Villeneuve en cuatro años en los que ellos estuvieron en el monoplaza que habría manejado el brasileño.

Nadie ha conducido un F1 como Senna y parece que nadie lo hará.

¿Le alcanzará a Hamilton para superar a todos?

Contrario a Michael Schumacher, retirado y actualmente en una situación de salud delicada, por lo que ya no puede hacer más por su legado, Lewis Hamilton está en activo y posee, prácticamente todas las marcas absolutas de la F1: 99 victorias, 101 pole positions, 175 podios en 279 Grandes Premios.

Es un fuera de serie, un tipo que ha pulverizado a la competencia en los últimos años para acumular 7 títulos mundiales, 6 en los últimos 7 años, todos con Mercedes, mientras que su primera corona fue con McLaren.

Reúne todos los ingredientes: físico, mentalidad, fineza, valor. Su puntos en contra son precisamente los que lo hacen tan ganador: el aplastante dominio de Mercedes en la era híbrida, donde el equipo sacó ventaja del cambio de reglamento desde 2013 y no dejaron oportunidad a nadie para retarlo, salvo su compañero de equipo, Nico Rosberg, quien siendo un buen piloto, pero no un superdotado, le arrebató el título en 2016.

En su favor, sus títulos cayeron sobre tipos como Alonso, Sebastian Vettel, Jenson Button, Kimi Raikkonen y recientemente el prodigioso Max Verstappen.

Quizás es el holandés la pieza que le falté a Hamilton para desafiar el puesto más alto del puesto histórico a Fangio y Senna, porque si logra vencer en 2021 y/o en 2022 a un talento naciente como Verstappen, con 26 años encima, eso lo proyectará en otra dimensión en la historia.

Por el momento, el escalón más alto es de Fangio y Senna.

Fuente: ESPN/José Antonio Cortés 08/09/21

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